De nuestra Juana de Ibarbourou
SELVA
Selva; he aquí una palabra húmeda, verde, fresca, rumorosa, profunda. Cuando uno la dice, tiene en seguida la sensación del bosque todo afelpado de musgos, runruneante de píos y de roces, lleno de los quitasoles apretados y movibles de las copas de los árboles, bajo las cuales las siestas ardientes son tan dulces y donde es tan grato, tan grato, tenderse a soñar. ¡Selva! ¡Oh, Dios mío, qué palabra tan alegre y tan fresca! ¡Qué palabra para mí tan llena de reminiscencias! Huele a eucaliptos, a álamos, a sauces, a grama; suena a viento, a agua que corre, a pájaros que cantan y pían, a roce de insectos y croar de sapitos verdes; evoca redondeles de sol sobre la tierra, frutas silvestres de una dulzura áspera, caravanas de hormigas rojas cargadas de hojitas tiernas, penumbra verdosa y fresca, soledad. ¡Oh Dios mío, evoca mis quince años y toda mi alegría sana inconsciente y salvaje!
Asi lo interpretó Luciana
¿Quién fue Juana de Ibarbourou?
Esta escritora uruguaya (Melo 1892-Montevideo 1979) se destaca por su inmensa popularidad, que le llegó muy pronto y le granjeó el titulo de "Juana de América"(10 de agosto de 1929)
En 1947 fue elegida miembro de la Academia Nacional de Letras del Uruguay, y en 1959 le fue concedido el premio nacional de literatura otorgado ese año por primera vez.
Su obra depende del modernismo, y su temática tiende a la exaltación sentimental de la entrega amorosa, de la maternidad, de la belleza física, de la naturaleza.
Por el molino del huerto
asciende una enredadera
el esqueleto de hierro
va a tener un chal de seda.
Ahora verde, azul más tarde
cuando llegue el mes de enero
y se abran las campanillas
como puñados de cielo.
¡Alma mía, quién pudiera
vestirte de enredadera!
De: Raíz Salvaje (1922)
La fama internacional de nuestra poetisa se debió a su obra en verso, comenzando por "Las lenguas de diamante (1919), sin duda su mayor éxito hasta hoy, pasando por Raíz Salvaje (1922), La rosa de los vientos (1930), Perdida (1950), considerada su mejor obra por la mayoría de los críticos, Romances del destino (1955), Elegía (1966), La pasajera (1967) y Juan soldado (1971).
Como se puede ver sus creaciones fueron apareciendo a lo largo de más de cincuenta años, en un siglo convulsionado por las guerras y los cambios tecnológicos, amén de los avatares de su propia vida. Todo esto se refleja en la obra de Juana, aunque el todo mantenga unidad y trasunte un enorme amor a la vida.
PARA SEGUIR INFORMÁNDOTE:
http://www.damisela.com/literatura/pais/uruguay/autores/ibarbourou/index.htm
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