Q U I N T O A Ñ O C E S C U E L A Nº 6 D U R A Z N O

Un espacio para aprender y compartir para niños de los quintos y sextos años de las escuelas uruguayas.


viernes, 31 de julio de 2009

INFANCIA Y JUVENTUD DE ARTIGAS




Un día de invierno




En el año 1764, Montevideo era una pequeña aldea amurallada donde vivían unas pocas familias.
Allí nació el 19 de junio un niño cuya familia pronto conocería como Pepe. Como todos los niños de entonces su presentación en sociedad fue el bautismo en la Iglesia Matriz. Se lo registra como José Gervasio. Era costumbre entre las familias de religión católica bautizar a sus hijos con "el nombre que trajo" refiriéndose al nombre del santo recordado en su fecha de nacimiento, en este caso, San Gervasio.
Con el paso de los años "Pepe" será el General José Artigas, así firmó siempre él.

¿Cuál era su apellido materno?
Ha sido esta una cuestión de polémica entre los estudiosos de nuestra historia nacional. En distintas épocas se han dado diferentes respuesta: Pascual. Aznar, Arnal, entre otras.
Hoy se acepta Arnal.

Un niño en Montevideo colonial
La familia de Pepe fue una familia numerosa, como la mayoría de las de aquella época en la cual se consideraba "normal" la muerte de los niños (él perdió algún hermano) y la relación con los padres era rígida y formal, si la miramos con la óptica actual.
Como integrante de una suerte de clase superior de su pequeña ciudad, padres de origen español beneficiados por la corona con terreno intramuros y estancia, con una familia vinculada al gobierno de la ciudad (abuelo y padre cabildantes), Pepe concurrió a la escuela y creció asistido por esclavos negros.
Las escuelas de entonces, conocidas como colegios, sólo atendían el nivel primario y eran administradas por monjes. La familia debía pagar y allí concurrían exclusivamente varones. El colegio al cual concurrió el niño Artigas funcionaba en el Convento de San Bernardino, de la orden de los franciscanos.

Un adolescente rebelde

Fuertemente atrído por el campo, con solo catorce años, Pepe dejó su casa paterna y salió a ganarse la vida trabajando en faenas rurales relacionadas con la cría y venta del ganado vacuno.
Experto jinete, buen bailarín, sociable, "de palabra", se fue labrando un buen nombre a lo largo y a lo ancho de la Banda Oriental.
Como muchos bajo el imperio de las circunstancias de una economía monopolista asfixiante se vinculó al contrabando a través de la amplia frontera terrestre con Brasil y fue "un hombre suelto" y un "tupamaro".


Artigas blandengue
En 1797 el gobierno creó el Cuerpo de Blandengues, un regimiento de caballería dedicado a la vigilancia de la campaña. Para integrarse a esta repartición fueron llamados los perseguidos de la justicia en el propio ámbito de la campaña, quienes serían indultados y pasarían a tener un trabajo decente.

José Artigas se suma a dicho cuerpo, según versiones ya clásicas en el cuartel de Maldonado, según una nueva versión, en el este de nuestro departamento (Capilla de Farruco).
Por su eficiencia y buen relacionamiento con los vecinos, Artigas hace una rápida carrera como blandengue.


Una relación importante

En 1800 es asignado para acompañar al destacado sabio don Félix de Azara que visitara estas tierras con el cometido de esbozar un plan de pacificación y fortalecimiento económico. Entre las ideas de Azara está la de poblar la frontera que Artigas rescatará en su futuro a la hora de gobernar.

Amor y familia
Un hombre sociable y exitoso como José Artigas en el campo extenso tuvo la puerta abierta para la formación de muchas parejas. Fruto de esas relaciones quedaron hijos de distintas madres, pero podemos destacar su relación con dos mujeres, Melchora Cuenca, compañera a lo largo de muchos años y su esposa Rosalía Villagrán Artigas.
Melchora tenía sangre india, una fuerte voluntad y una salud de acero, lo acompañó en muchos caminos y le dio varios hijos. Rosalía, prima hermana de su esposo era una mujer signada por la enfermedad con quien Artigas se casó en 1805 como modo de hacerse cargo de ella, pues en aquel tiempo las mujeres debían depender de un hombre y el padre de Rosalía había fallecido.
El matrimonio Villagrán -Artigas tuvo tres hijos, de los cuales, sólo el mayor, llamado José María llegará a ser adulto. La muerte de sus niñas y la constante lejanía del esposo acabaron con la salud mental de Rosalía. Artigas desde donde estuviera siempre trató, en la medida de sus posibilidades de velar por el bienestar material de su familia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Que gran trabajo chicos! los felicito.esto me ayudo para un proyecto muy importante.¡¡GRACIAS!!

Unknown dijo...

Me encanto como lo redactan

Unknown dijo...

Igual a mi

Unknown dijo...

ya somos tres