El 12 de octubre se conmemora cada año el aniversario de Durazno, si bien no hay un documento que permita estrictamente ubicar la fundación el 12 de octubre de 1821.
Durazno nació como Villa San Pedro del Durazno junto al río Yì, a la altura del Paso del Durazno. En 1906 durante el ajuste de nombres del gobierno de José Batlle y Ordóñez que procuró expresamente eliminar los nombres vinculados a santos pasó a categoría de ciudad con el nombre de Durazno, nombre que ya se había extendido al departamento conocido antes como Entre Ríos Yì y Negro en alusión a la situación geográfica del grueso de su territorio.
La Villa de San Pedro del Durazno fue fundada por Fructuoso Rivera con el propósito de recoger a los huérfanos de la patria, por lo cual sus primeros pobladores fueron en general gente muy pobre, muchas veces vinculada al ejército y en especial al mencionado caudillo que tuvo un cariño particular por este lugar.
En la Villa de San Pedro del Durazno Rivera levantó una casa junto a la plaza central (hoy Independencia) que en algún momento llegó a funcionar como casa presidencial, convirtiendo a Durazno en capital del país. En esa casa funciona hoy el Museo Casa de Rivera y allí se puede visitar lo que fue el despacho presidencial de su primer propietario.
Rodeando la plaza encontrarán mosaicos representando las acuarelas de Besnes e Irigoyen, pintor que visitara la villa y nos legara un importante documento para conocer el aspecto de la zona en aquel momento cuando no había fotografías ni películas.
El nombre de San Pedro, no solo sigue la vieja tradición cristiana de nombrar a las poblaciones con un santo patrono al cual se le dedicaría la infaltable capilla, sino que también tiene un móvil político en el afán de Rivera de agradar a sus superiores portugueses aludiendo a don Pedro, príncipe que luego sería el Emperador Pedro I de Brasil.
La Villa de San Pedro del Durazno fue fundada por Fructuoso Rivera con el propósito de recoger a los huérfanos de la patria, por lo cual sus primeros pobladores fueron en general gente muy pobre, muchas veces vinculada al ejército y en especial al mencionado caudillo que tuvo un cariño particular por este lugar.
En la Villa de San Pedro del Durazno Rivera levantó una casa junto a la plaza central (hoy Independencia) que en algún momento llegó a funcionar como casa presidencial, convirtiendo a Durazno en capital del país. En esa casa funciona hoy el Museo Casa de Rivera y allí se puede visitar lo que fue el despacho presidencial de su primer propietario.
Rodeando la plaza encontrarán mosaicos representando las acuarelas de Besnes e Irigoyen, pintor que visitara la villa y nos legara un importante documento para conocer el aspecto de la zona en aquel momento cuando no había fotografías ni películas.
El nombre de San Pedro, no solo sigue la vieja tradición cristiana de nombrar a las poblaciones con un santo patrono al cual se le dedicaría la infaltable capilla, sino que también tiene un móvil político en el afán de Rivera de agradar a sus superiores portugueses aludiendo a don Pedro, príncipe que luego sería el Emperador Pedro I de Brasil.
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